"¿A quien buscas?" (Jn 20,15)
Aquí me tienes , mi Señor. Sé que no soy un ejemplo a seguir y que mis pecados hacen que tu cruz resulte más pesada. Sin embargo, siempre estas ahí. Desde que tengo uso de razón me abraza el recuerdo de acompañar a mi madre a misa. Allí una lucecilla roja encendida, noche y día, me llamaba la atención. Siempre de su mano fui entendiendo como si fuera los misterios del rosario cada momento vivido, cada gesto, cada flor, cada vela, cada rezo...todo tenía su sentido.
La vida ha hecho que desde muy pequeño aquella compañía de mi madre se desvaneciera por la visita de la hermana muerte. Y crecí...y hoy con la misma edad que tenía mi madre cuando se marcho sigo frecuentando el templo. No tanto como quisiera y pudiera. Busco aquella lucecilla roja que aún sigue latente. Una lucecilla que en su timidez es majestuosa, porque Tú estas ahí. Tú presencia no nos abandona. Cuantas conversaciones, monologos, dialogos, silencios, enfados...escuchas a diario. Y aunque te fallemos, caigamos, te olvidemos, hasta te neguemos... estas ahí a nuestro lado.
No sabria explicar lo que siento al ponerme delante de tí, Señor. Me asola mi ingratitud ante tu gratitud, me agobia mi rechazo ante tu aceptación, mi poca fe ante tu entrega, mi conveniencia ante tu misericordia.
La semilla que mi madre deposito en mi vida nada ni nadie ha podido secarla. Sé que no soy ese creyente que vive lo que cree...El caminar en la vida te hace replantearte a diario infinidad de sentimientos. Muchas preguntas me asolan y al contemplarte tú respuestas es una fátidica pregunta "¿A quién buscas?". Quiero dejarme llevar por Tí, pero el miedo humano me puede. Llega la Semana Santa y todo son recuerdos de mi infancia donde comence a vivir el ser nazareno junto a mis hermanos; ser costalero gracias a mi padre y su amigo Alfonso (capataz); ser perdiodista cofrade... Espero que al final de mis días pueda decir todo se ha cumplido; creo en Tí sin duda alguna. Mientras tanto seguiré buscándote en el templo para acercarme a tí allí donde la lucecilla roja me pregona que estas esperándome. Amén
Joaquín Fragoso Hierro